Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de enero, 2018

La pantera y los pastores

La pantera y los pastores Una pantera, por alguna desgracia, cayó en un hoyo. Varios pastores la descubrieron, y algunos lanzaron sobre ella palos y piedras, mientras que otros, movidos por la  compasión hacia quien va a morir, y sabiendo que no podría hacerles ningún daño, le lanzaron algún alimento para prolongar su vida. Por la noche todos volvieron a casa, sin pensar en cualquier peligro, pero suponiendo que por la mañana la encontrarían muerta. La pantera, sin embargo, habiendo recuperado su fuerza, se liberó con un repentino salto del hoyo, y se apresuró a su guarida con pasos rápidos.  Después de unos días ella regresó y mató al ganado, y, matando también a los pastores que la habían atacado, rugió con enojada furia.  Entonces aquellos que le habían salvado su vida, temiendo por su seguridad, le ofrecieron sus animales y pidieron sólo que les respetara sus vidas. La Pantera les dio esta respuesta:  --Recuerdo tanto a aquellos que buscaron terminar mi vida con palos y pie

El raposo enfermo

El tiempo, que consume de hora en hora Los fuertes murallones elevados, Y lo mismo devora Montes agigantados. A un raposo quitó de día en día  Dientes, fuerza, valor, salud, de suerte  Que él mismo conocía Que se hallaba en las garras de la muerte.  Cercado de parientes y de amigos,  Dijo en trémula voz y lastimera: «¡Oh vosotros, testigos De mi hora postrera, Atentos escuchad un desengaño!  Mis ya pasadas culpas me atormentan:  Ahora conjuradas en mi daño, ¿No veis cómo a mi lado se presentan? Mirad, mirad los gansos inocentes  Con su sangre teñidos, Y los pavos en partes diferentes Al furor de mis garras divididos. Apartad esas aves que aquí veo, Y me piden sus pollos devorados; Su infernal cacareo Me tiene los oídos penetrados». Los raposos le afirman con tristeza  -No sin lamerse labios y narices-:  «Tienes debilitada la cabeza;  Ni una pluma se ve de cuanto dices. Y bien lo puedes creer, que si se viese...»  «¡Oh, glotones! callad: que ya os entiendo  -El enfermo ex

Fábulas actualizadas

El joven y el escorpión Un joven andaba cazando saltamontes. Ya había capturado un buen número cuando trató de tomar a un escorpión equivocadamente.  Y el escorpión, mostrándole su ponzoña le dijo:  - Si me hubieras tocado, me hubieras perdido, pero tú también a todos tus saltamontes. Cuando hayas hecho un capital con tu trabajo, cuida de no perderlo por tratar de tomar lo que no debes. http://www.manosalarte.com/